Es la pregunta que más repetimos tras un divorcio o una separación. La intensidad de esta pregunta y la necesidad de respuesta inmediata va en proporción al apego que sentimos ante esa persona o forma de vida.
Cuando alguien está sufriendo por una separación, sea deseada o no, y da el importante paso de ir a terapia, sea del tipo que sea, se sorprende al descubrir en muchas ocasiones como el apego no es hacia la persona en cuestión sino a la supuesta estabilidad que proporcionaba a su vida. Como si alguien pudiera dárnosla o quitárnosla.
Es perfectamente entendible que nos sintamos así, ya que alrededor de una pareja se forma todo un mundo, lo que en bioneuroemoción llamamos “escenario”, e inevitablemente ese mundo debe cambiar, con lo cual no solo tenemos que lidiar con la ausencia de esa persona que formaba parte activa y continuada en nuestra vida, sino también de un sinfín de situaciones y personas, cargadas todas ellas de muchas e intensas emociones.
Tras la etapa de duelo que todos tenemos que pasar al afrontar un proceso de divorcio o separación, llega el momento de hacer balance, de recalcular nuestra vida y de tomar nuevas decisiones (si aún estás en proceso de duelo te invito a leer este artículo: (https://www.creenti.es/el-duelo-del-dolor-a-la-aceptacion/).
Balance: En este punto es importante mirar hacia atrás. Solo para ver lo ocurrido de la forma más objetiva posible, teniendo en cuenta que este paso viene tras la aceptación de la nueva situación.
Sería interesante hacer un listado de las cosas o situaciones que hemos tenido que soltar, (a nuestra mente le gusta mucho un papel o un Excel, le da sensación de tenerlo todo controlado), intentado en todo momento hacerlo desde la auto indagación dejando fuera de la ecuación el juicio, la culpa y el victimismo, sentimientos que suelen manifestarse en las fases de duelo, que por otra parte solo nos entorpecen e incluso nos sumergen en un bucle.
Hacemos pues balance de todo lo que consideramos “positivo” y “negativo”, lo ideal sería no etiquetar las experiencias de ninguna de las dos formas, sino neutras, pero sé que es complicado para nuestra mente dual y no se trata de ponernos el pie, sino de ser lo amables con nosotros mismos, incluso con nuestra mente, para alcanzar el éxito en esta nueva aventura. En este balance merece la alegría dividir las experiencias según afecta a nuestros cuerpos, físico, mental, emocional, energético. Quedaría así:
- Cuerpo físico: he mejorado o empeorado en mi economía, mi estado de salud, mi posición geográfica, etc …
- Cuerpo mental: he mejorado o empeorado en mi dialogo mental, en mi forma de organizarme económicamente, en mis pensamientos constructivos o destructivos, etc …
- Cuerpo emocional: He mejorado o empeorado en mi gestión emocional, en mi relación o comunicación asertiva, en mi autoestima, …
- Cuerpo Energético: he mejorado o empeorado en mi vitalidad, en lo que atraigo a mi vida, en mi vibración, etc…
Recalcular: Una vez hemos hecho balance de lo vivido desde nuestros cuatro cuerpos físico, mental emocional y energético, ya tenemos un mapa de donde estamos, mucho más importante que saber dónde queremos ir, de nada nos sirve un destino y un mapa, si no tenemos el GPS activado, descubrir nuestro punto de partida nos va a llevar a nuestro destino mucho más rápido y lo que es más importante, el viaje va a ser más agradable y beneficioso. Y siempre es importante recordar que el amor que sentíamos hacia esa persona o esa vida no muere, sólo se transforma, ¿en que se transforma? Depende de la siguiente fase.
Toma de decisiones: Y aquí comienza la diversión, es muy habitual (que no normal) esperar a que alguien llegue y nos arregle la vida, he oído demasiadas veces la frase “Ha rehecho su vida”, como si nuestra vida en algún momento se hubiera deshecho como un ovillo de lana, no hay nada que rehacer, hay que seguir construyendo, aceptando quien soy ahora, y cuáles son mis fortalezas y mis dones, ya que son estas las que me van a colaborar en el proceso.
¿Quién piensa realmente que somos los mismos que éramos con 20 años menos, con 10 años menos, ni siquiera con 5 años menos? Estamos preparados para evolucionar, todos nuestros cuerpos excepto el mental. Esto no pasaría si tuviéramos una mente bien educada que trabajara a favor de nosotros o nosotras y no en nuestra contra.
Una mente errada va a descontrolar nuestras emociones hasta desbordarlas e incluso confundirnos y no dejarnos identificar o diferenciar unas de otras, va a debilitar nuestro cuerpo energético, ya que la mente es la primera en consumir nuestra energía y si se mantiene en un campo continuo de batalla, va a necesitar de mucha, y todo esto va a debilitar, incluso llegando a enfermar, a nuestro cuerpo físico.
Cuando alguien viene a mi consulta es una de las cosas que primero miramos, como de educada o mal educada está su mente, ya que ahí es donde vamos a tener que trabajar más intensamente, si conseguimos vivir desde una mente recta y con una percepción enfocada en nuestro nuevo camino el resto de nuestros cuerpos le acompañarán.
Como cualquier otro cambio en nuestra vida, estamos en un nuevo comienzo, un nuevo capítulo del libro de tu vida, de las primeras líneas que escribas en él va a depender el argumento que vendrá detrás, ¿estas dispuesta/o a escribir una historia de amor, de aventura, de emocionantes situaciones que te hagan crecer y estar en paz?, eres el protagonista de tu propia historia, toma las riendas y crea (para ti) un futuro próspero.
Feliz vida, ¡Cree en ti!