La vergüenza es un mecanismo evolutivo que nos ayuda a adaptarnos a lo novedoso. Es la adolescencia (una etapa en la que nos importa demasiado la opinión que los demás tienen de nosotros) donde suele activarse de una forma más intensa.

¿CÓMO SE MANIFIESTA?

El impacto psicológico de la vergüenza es muy fuerte y produce cambios físicos como el sonrojarse, agachar la cabeza o alejarse tímidamente. A veces aparece la risa como forma de descargar la tensión provocada por la situación que produce vergüenza.

Principalmente, la vergüenza suele asociarse a dos “emociones”:

  • Impotencia (o rabia moderada): La impotencia es el resultado psicológico más evidente de la vergüenza. Nos sentimos perdidos, sin fuerzas y abandonados y/o expuestos a los demás.
  • Rabia intensa: podemos tener propósitos de agredir a los que nos han hecho sentir vergüenza y ello puede incluso derivar en auténticos abusos y maltratos físicos y psicológicos. En situaciones extremas esta rabia puede ir dirigida hacia uno mismo e incluso llegar al suicidio. Se trata de una modalidad muy destructiva de la rabia que ha sido llamada «furia de humillación». Puede llegar a ser muy peligrosa y es importante observar si este tipo de rabia está activa en nuestros menores y si fuera el caso acudir a profesionales que nos colaboren para que esa rabia se pueda canalizar.

¿CÓMO AYUDAR A LOS ADOLESCENTES A SUPERAR LA VERGÜENZA?

  1. Predicar con el ejemplo. Explicarles, con palabras muy sencillas, que nosotros también tenemos vergüenza ante determinadas situaciones demostrárselo.
  2. No obligar al joven a hacer lo que no quiere. Forzarle a dar un beso o a demostrar lo bien que baila, canta, dibuja, etc… aumentará su inseguridad y, por tanto, su vergüenza y se sentirán exhibidos como si fueran mercancía. Es mejor que les animemos a soltarse con frases como “yo hablo o saludo primero y tú, después”. Así irán ganado confianza en sí mismos.
  3. No ponerles etiquetas, ni siquiera para disculparles. Cuanto más a menudo le digas a un niño que es un vergonzoso o se lo digas a los demás delante de él, más se convencerá de que lo es y más tardará en vencer su problema.
  4. Potenciar sus relaciones con otras personas de una edad similar a la suya.

¿QUÉ ES LA TIMIDEZ?

La timidez es una sensación de inseguridad que aparece en contextos sociales y provoca que las personas se retraigan en sus relaciones con los demás. Así, la timidez es la expresión del miedo al rechazo ante situaciones sociales. Al contactar con este miedo, la timidez es un mecanismo que funciona como los muros y las puertas de un castillo que se cierran. Así, nos ocultamos y hacemos imposible que los de fuera puedan ver “nuestras (supuestas) debilidades”.

Es decir, ocultamos las partes del castillo, que yo anticipo, que el otro va a rechazar o, simplemente, que no le van a gustar.

¿Cuáles son los motivos por los que se activa esta timidez?

  • Sobreprotección, no permitir que afronte problemas por sí mismo (siempre se lo habéis resuelto todo vosotros, para eso sois los padres), no dejar que tome decisiones.
    Ante situaciones nuevas o que suponen un reto no dispone de recursos para afrontarlas, puesto que no se ha entrenado para ello, no ha aprendido y eso  influye en su baja autoestima. Puede que se sienta inferior y hasta culpable por no poder hacer las cosas tan bien como sus seres queridos (sus padres) le están pidiendo.
  • Sobreexigencia.  Estar siempre encima de ellos para que hagan las cosas con un alto grado de perfeccionismo o de la forma que tú como padre o madre consideras que tiene que ser. Sin dejar que pruebe su propio camino.
  • Malas experiencias, malos recuerdos.  
  • Padres tímidos. 


¿Cuál sería una buena fortaleza para activar en la familia y asi ayudarles a equilibrar su vergüenza o su timidez? Para mí una de las más importante es la asertividad

¿Y qué es la asertividad? Os traigo una definición que dice:

"La asertividad es la habilidad que permite a las personas expresar de la manera adecuada, sin hostilidad ni agresividad, sus emociones frente a otras personas"

 Pautas principales para ejercer el asertividad en tu familia:

  1. Toma decisiones en conjunto
    Involucra a toda la familia en las decisiones, esto permite la integración de los miembros, dándoles a entender que sus opiniones, puntos de vista, maneras de pensar son tomados en cuenta, valorados y son importantes para el desarrollo de la relación.
    Así fomentas, de manera activa, el respeto y tolerancia hacia la opinión del otro.
  2. Empatiza
    Ponte en los zapatos de la otra persona. Antes de iniciar una conversación con algún miembro de tu familia, trata de imaginar cómo debe estar sintiendo, cómo te gustaría que te trataran si estuvieses en su situación y cuáles serían las palabras que te ayudarían a sentirte mejor. “Sintonizar” con los deseos y sentimientos de las otras personas, nos ayuda a ser sensibles a sus necesidades y a ser más acertados con las palabras que usamos.
  3. Cuida tu lenguaje no verbal
    Bien sabido es que el 93% de lo que comunicamos es no verbal. No debemos sólo cuidar las palabras que decimos y cómo las decimos, nuestro cuerpo y ademanes deben ser coherentes al mensaje que estamos emitiendo.
    Presta atención a tus gestos, actitud, mirada, tono de voz con el que dices las cosas, así evitarás generar ambigüedad en tu mensaje.
  4. Actúa con coherencia
    Cuida que tu hablar y actuar coincidan, no tendrás credibilidad si promulgas algo, pero haces lo contrario. Si se llega a algún acuerdo en familia, cumple con tu parte. Fomenta la importancia de ser leal a los acuerdos y de valorar las decisiones en familia.

Y lo más importante de todo, tus hijos adolescentes deben saber que los amas, que los valoras y por supuesto que estás ahí para colaborarles a que consigan por ellos mismos todo lo que quieran

Feliz Vida!, Cree en ti!